Tal como señalé al final del anterior post:
“Podemos imaginar lo que sigue, basta con ir a los libros de historia y localizarlos desde las diferentes perspectivas con las cuales contamos, matizarlas con ideología o inclinación teológica.”
En consecuencia analicemos:
Nos damos cuenta que somos a partir de aquello que encarnamos, lo queramos o no. Existimos a través de los personajes que interpretamos o representamos; lo que somos y su alcance no se limita a un cuerpo, tampoco a una vida, somos lo que dispersamos al universo.

Antes de alejarme de aquel maravilloso escenario donde pude observar un fascinante globo azul y finalmente dirigirse a la estrella más cálida y llamativa de la corona borealis, escuché a Mikael dirigirse a su entrañable amiga Sol:
< No podemos hablar de desenlaces, cuando apenas el entusiasmo del reencuentro ha comenzado. Iluminemos a los que son capaces de relatar con viveza las situaciones que van más allá de teologías, estructuras, la energía de la vida tiene sus propias reglas. >
Quiero dar las gracias a todos los que me inspiraron para escribir estos dos libros, pronto presentaré el segundo y posiblemente le agregue algunos datos que no han quedado en esta herramienta inspiradora.
Gracias a todos los lectores, a Jordi que tal parece no se perdió un solo post y a todos los que sin ser su idioma se valieron del traductor para seguirme.
Mi Travesía en Alas de un Libro sigue y pronto nos encontraremos con la historia que tengo pendiente para darle el tratamiento que necesita.
Nota de la autora: Acerca de Alphecca:
Esta estrella aparece en as Geórgicas de Virgilio como Gnosia (Stella Coronae) , otro nombre con el que se la designa. Recuerda a este astro como la estrella de Ariadna, haciendo referencia al origen de esta última