La página en blanco antecede al colapso en ocasiones no sabemos como seguir el relato, no sabemos si lo que necesitamos decir es aquello que en verdad tendrá el resultado que anhelamos, cada novela es un trozo de nosotros mismos, es por eso que sentimos la dificultad, se deshace en una historia y se reconstruye frente a esa mirada de escrutinio que es la pantalla blanca del ordenador, esperando digamos lo que es necesario y darle forma y esencia a varios personajes.

Todos ellos somos nosotros, todos son la misma carne y pensamiento de donde han surgido, pero se atreven a ir más allá de lo que hemos experimentado, son el rostro que no somos, la vida que no reclamaríamos, el deseo puesto en la mirada del personaje esencial y no en el real.
Es por eso que hay que tomar distancia y entretenernos en la vida que no fuimos para entender lo que necesitamos. Hay novelas que nos forman y otras nos desdibujan, sólo tu decides en cual de ellas estás ahora.